viernes, 17 de diciembre de 2010

Hablo de tu soledad

Ayer mientras tenía una larga e interesantísima conversación respecto a un tema y una cierta dama en particular, me vino a la mente este poema del gran maestro Benedetti. Quise ponerlo acá, esperando que llegue a donde está dirigido... llegará?

Hablo de tu infinita soledad, dijo el fulano. Quisiera entrar a saco en tu memoria, apoderarme de ella, desmantelarla, desmentirla. Despojarla de su último reducto.

Tu soledad me abruma/ me alucina, dijo el fulano con dulzura. Quisiera que en las noches me añorara, que me echara de menos, me recibiera a solas.

Pero sucede que, dijo calmosamente la mengana, si tu bendita soledad se funde con la mía, ya no sabré si soy en vos, o vos terminás siéndome. ¿Cuál de los dos será después de todo mi soledad legítima?

Miráronse a los ojos como si perdonaran perdonándose. Adiós, dijo el fulano; y la mengana, adiós.

Mario Benedetti.

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